
En un movimiento relevante para la economía mexicana, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió disminuir en 50 puntos base la Tasa de Interés Interbancaria a un día, ubicándola en 8.50% a partir del 16 de mayo de 2025. Esta decisión refleja la preocupación por la ralentización económica global y nacional, así como la continua presencia de riesgos en el entorno inflacionario. La noticia marca el inicio de una etapa donde el banco de México busca equilibrar el combate a la inflación con la necesidad de impulsar la actividad económica.
Contexto internacional: desaceleración y riesgos persistentes
Durante el primer trimestre de 2025, la economía global mostró un crecimiento menor al esperado, lo que motivó revisiones a la baja en las expectativas económicas, especialmente en Estados Unidos. Factores como las tensiones comerciales y el agravamiento de los conflictos geopolíticos han incrementado la volatilidad de los mercados y generado presión sobre las monedas, favoreciendo la depreciación del dólar. En este escenario, la Reserva Federal optó por mantener su tasa de referencia sin cambios, mientras que las inflaciones general y subyacente en las principales economías avanzadas han revertido parcialmente los aumentos registrados a inicios de año.
Entre los riesgos internacionales destacados por Banxico se encuentran el escalamiento de las tensiones comerciales y los conflictos geopolíticos, que podrían impactar tanto la inflación como la actividad económica y la estabilidad financiera a nivel global.

Panorama nacional: debilidad económica e inflación contenida
A nivel local, la economía mexicana continúa mostrando signos de debilidad. En el primer trimestre de 2025, el crecimiento fue de apenas 0.2% trimestral ajustado por estacionalidad, tras una contracción en el periodo anterior. El peso mexicano se apreció durante el periodo, pero la volatilidad persiste debido al entorno incierto. Las tasas de interés de los valores gubernamentales, especialmente las de corto y mediano plazo, también han disminuido desde la última decisión de política monetaria.
En cuanto a la inflación, tanto la general como la subyacente se situaron en 3.93% durante abril, manteniéndose la subyacente por debajo del 4% durante ocho meses consecutivos. Sin embargo, las expectativas de inflación general para el cierre de 2025 se ajustaron al alza, y persiste un sesgo de riesgo hacia mayores presiones inflacionarias, principalmente por el incremento en los precios de mercancías, posibles depreciaciones cambiarias y factores geopolíticos.
Perspectivas y postura futura del Banco de México
La Junta de Gobierno destacó que el ciclo de reducción de la tasa de referencia podría continuar en los próximos meses, aunque manteniendo una postura monetaria restrictiva para garantizar que la inflación general converge hacia la meta del 3% en el tercer trimestre de 2026. El balance de riesgos inflacionarios, aunque aún sesgado al alza, muestra señales de mejora conforme se disipan algunos choques globales, aunque la incertidumbre generada por cambios en la política económica de Estados Unidos podría impactar tanto positiva como negativamente.
Banxico reafirmó su compromiso de actuar de manera congruente para consolidar un entorno de inflación baja y estable, monitoreando de cerca la evolución de la economía y ajustando su política monetaria según lo requieran las condiciones, siempre priorizando la estabilidad de precios como su mandato principal.